miércoles, 23 de febrero de 2022

1ª UNIDAD - ACTIVIDAD 2 ¿De qué se trata la filosofía política?

 Unidad 1: Actividad 2

¿De qué se trata la filosofía política?

Propósito
distinguir algunas características de la filosofía política y, a partir de ellas, elaborar preguntas para reflexionar sobre fenómenos políticos contingentes y significativos.


1ª Parte: Identificando información de significado político en nuestras redes sociales:

La idea es visualizar en redes sociales la presencia de mensajes de contenido e intención política, sea a favor o en contra de determinadas situaciones.
Estas se pueden expresar en fotografías, imágenes sarcásticas o irónicas (memes), columnas de opinión, etc.



Un interesante extracto de un documento sobre MEMES de la Revista mexicana de opinión pública

Autores:
Martín Echeverría Victoria1
Rubén Arnoldo González Macías2

 
Los memes como entretenimiento político. Recepción, usos y significados1
Fuente: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2448-49112019000200117


"Definición e implicaciones políticas de los memes

Existe un acuerdo generalizado en la literatura académica respecto de los orígenes del concepto meme: la obra del biólogo Richard Dawkins,4 quien acuñó dicho término para explicar la evolución cultural. Del mismo modo que los genes contienen información biológica de los seres vivos, los memes contienen información cultural (ideas, estereotipos, modas…). Mientras los primeros determinan las características físicas de los organismos, los segundos determinan el pensamiento y conducta de las personas. En ambos casos, la información se hereda, copia, modifica y transmite de una generación a otra a través del tiempo. Por lo tanto, los memes representan la creación de contenidos simples y repetitivos que pueden ser fácilmente replicados e imitados por otros.5

Si bien el concepto original de meme precede a la actual era digital, precisamente en los últimos años su uso se ha vuelto global y, como consecuencia, se le ha asociado principalmente con el ámbito de internet.6 Como resultado del acelerado desarrollo de las tecnologías de la comunicación, los memes también fueron evolucionando a la forma en que se conocen actualmente: un producto cultural (idea), presentado generalmente a través de una imagen ―fija, en movimiento, o incluso video― acompañada por un texto breve, y que es compartido masivamente a través de medios digitales.7

Empero, la difusión a gran escala es sólo uno de sus rasgos esenciales, ya que a la replicabilidad se le une la capacidad de adaptación y modificación. Esto último es posible gracias a las nuevas plataformas digitales, que facilitan que los usuarios no sólo sean consumidores de información, sino también productores de la misma. Esto indica que, además de su rápida distribución, la naturaleza de un meme estriba en la posibilidad de ser reelaborado infinidad de veces por cuantos usuarios así lo decidan.8 Asimismo, las mutaciones que sufra a lo largo de su vida pueden ocurrir tanto en su forma como en su fondo, o incluso en ambas.9

Por la estructura reticular y horizontal de los entornos socio-digitales, la comunicación online en general ―y los memes en particular― entrañan la posibilidad de fortalecer la cultura participativa.10 Esto significa que el hecho de que los ciudadanos utilicen las nuevas plataformas digitales para discutir temas de la agenda pública, otrora manejada casi exclusivamente por los gobiernos y medios de comunicación, desembocaría en una sociedad más activa en términos políticos. Al respecto, la literatura académica presenta dos posturas encontradas: mientras buena parte de los autores consideran estos contenidos como promotores de una nueva cultura participativa, otros académicos se muestran más cautos al analizar su impacto" .



Para complemento:
Un reportaje de CBB Chile, a propósito de las últimas elecciones presidenciales:
https://www.cnnchile.com/elecciones2021/memes-boric-tik-tok-kast-expertos-redes-sociales_20211210/


Revisando algunas imágenes sacadas de la red:


1
 


2
 

 3
 


 4
 


5


Para reflexionar:
• ¿Es cierto lo que afirma este meme?
• ¿Conoces otros memes o caricaturas que expresen opiniones políticas?
• ¿Si tienes redes sociales, ¿opinas o te informas de política en ellas?
• ¿Es más sencillo opinar de política en la actualidad?
• ¿Qué ventajas y desventajas ofrecen las redes sociales para discutir de política?

---------------------------------------------------------------------

• ¿Con qué frecuencia nuestros contactos en redes sociales publican, comparten o discuten temas políticos?
• ¿Cuáles son los fenómenos políticos que se ha discutido más en los últimos días en nuestras redes sociales?
• A partir de esas dos preguntas, ¿cuáles son los principales temas políticos que se discute en las redes sociales? ¿Cuáles no se menciona pese a ser importantes?
• De acuerdo al análisis de nuestras redes sociales, ¿cuáles serían las principales preocupaciones políticas en la actualidad?


2ª Parte:
En busca de una definición de filosofía política:

Recordamos en la entrada anterior los conceptos vertidos sobre la política de diferentes filósofos y hagamos una comparación con la idea de política que subyace en algunos de los memes vistos. esto nos permitirá profundizar la conversación:

Concepto provisorio:

Filosofía política: Una actividad en la que se problematiza el sentido común, se define rigurosamente los conceptos, se utiliza críticamente supuestos ontológicos y antropológicos, y se analiza las consecuencias éticas de la acción política,  


• A partir de las nociones de política expuestas por los autores leídos en la Actividad 1, ¿cuál es el principal problema de la política según cada autor?
• ¿Hasta qué punto coinciden los problemas políticos de los filósofos leídos con los manifestados en las redes sociales?
• ¿Cuáles podrían ser las diferencias entre los problemas políticos y los problemas de la filosofía política?
• A su juicio, ¿cuál es el principal problema político sobre el que deberían reflexionar filosóficamente? ¿Por qué?
• ¿Cuándo un problema político se vuelve filosófico?


Actividad


Leen individualmente una selección del texto “¿Qué es filosofía política?” de Leo Strauss. Para comprenderlo, se podría entregar las siguientes preguntas orientadoras antes de iniciar la lectura:

• ¿Qué significa “lo político”?
• ¿Qué estudia la filosofía política?
• ¿Cuáles son las diferencias entre filosofía política y teoría política?
• ¿Cuáles son las diferencias entre filosofía política y ciencia política?
• ¿Cuáles son las diferencias entre filosofía política y pensamiento político?
• ¿Qué implica pasar del ámbito de la opinión política a la filosofía política?
• ¿Por qué son valiosas las preguntas filosóficas para reflexionar sobre la política?

Al terminar la lectura compartir algunas de sus respuestas para corroborar que entendieron el texto.
Para cerrar esta parte:
 
• A propósito del trabajo hecho la primera etapa y del texto de Leo Strauss, ¿hay filosofía política en las redes sociales? ¿Por qué? ¿Cómo distinguirla de comentarios políticos no filosóficos?

Texto 1
Leo Strauss (1899 – 1973, Alemania)

 Filósofo germano-estadounidense dedicado al desarrollo de la teoría política contemporánea. Critica frontal y abiertamente al historicismo, ya que este reduciría las ideas exclusivamente al contexto social y político. Partidario de un sistema democrático fundado en valores liberales, plantea que el problema central de la filosofía política es la concepción de bien que guía las acciones de los seres humanos en el ámbito político.

1. El problema de la filosofía política.

El significado de la filosofía política, y su grado de interés, es tan evidente hoy como lo fue siempre desde su aparición con la filosofía ateniense. Toda acción política está encaminada a la conservación o al cambio. Cuando deseamos conservar, tratamos de evitar el cambio hacia lo peor; cuando deseamos cambiar, tratamos de actualizar algo mejor. Toda acción política, pues, está dirigida por nuestro pensamiento sobre lo mejor y lo peor. Un pensamiento sobre lo mejor y lo peor implica, no obstante, el pensamiento sobre el bien. La conciencia del bien que dirige todas nuestras acciones tiene el carácter de opinión: no nos la planteamos como problema, pero reflexivamente se nos presenta como problemática. El mismo hecho de que nosotros podamos plantearla como problema nos lleva hacia un pensamiento del bien que deja de ser problemático; nos encamina hacia un pensamiento que deja de ser opinión para convertirse en conocimiento. Toda acción política comporta una propensión hacia el conocimiento del bien: de la vida buena o de la buena sociedad, porque la sociedad buena es la expresión completa del bien político.

Cuando esta propensión se hace explícita y el hombre se impone explícitamente como meta la adquisición del conocimiento del bien en su vida y en la sociedad, entonces surge la filosofía política. Al denominar a este empeño filosofía política, queremos decir que forma parte de un conjunto más amplio: de la filosofía. La filosofía política es una rama de la filosofía. En la expresión “filosofía política”, “filosofía” indica el método, un método que al mismo tiempo profundiza hasta las raíces y abarca en extensión toda la temática; “política" indica tanto el objeto como la función. La filosofía política trata del objeto político en cuanto es relevante para la vida política; de aquí que su tema se identifique con su meta, como fin último de la acción política. El tema de la filosofía política abarca los grandes objetivos de la humanidad: la libertad y el gobierno o la autoridad, objetivos que son capaces de elevar al hombre por encima de su pobre existencia. La filosofía política es aquella rama de la filosofía que se acerca más a la vida política, a la vida filosófica, a la vida humana. Sólo en su Política hace Aristóteles uso de juramentos, esos compañeros inseparables del discurso apasionado.

Siendo una rama de la filosofía, incluso la definición más provisional de lo que pueda ser la filoso¬fía política exige una explicación previa, aunque sea provisional, sobre qué es filosofía. Filosofía, como búsqueda de la verdad, es una búsqueda del conocimiento universal, del conocimiento del todo como conjunto. La búsqueda sería innecesaria si ese conocimiento estuviese al alcance de la mano. La ausencia del conocimiento sobre el todo no significa, sin embargo, que el hombre no tenga pensamientos sobre ese todo; la filosofía va necesariamente precedida de opiniones sobre él. Consiste, por tanto, en un intento de sustituir esas opiniones por un conocimiento sobre el conjunto. En lugar de "el todo", los filósofos suelen utilizar la expresión "todas las cosas"; el todo no es un puro éter o una oscuridad irredenta en que no pueda distinguirse una parte de otra o en que sea imposible todo discernimiento. La búsqueda del conocimiento de “todas las cosas” significa la búsqueda del conocimiento de Dios, del mundo y del hombre, o mejor, la búsqueda del conocimiento de las esencias de todas las cosas. Estas esencias en su totalidad forman "el todo" como conjunto.

La filosofía no consiste esencialmente en poseer la verdad, sino en buscar la verdad. El rasgo que distingue a un filósofo consiste en que "él sabe que no sabe nada”, y su visión de nuestra igno¬rancia acerca de las cosas más importantes le induce a esforzarse hasta el límite de lo posible en busca del conocimiento. Dejaría de ser un filósofo si tratara de eludir las preguntas sobre estas cosas o las despreciase, considerándolas incontestables. Puede ocurrir que las posiciones a favor y en contra de cada una de las respuestas posibles estén permanentemente equilibradas y la filosofía no pueda ir más allá del estadio de la discusión, ni pueda, por tanto, alcanzar nunca el momento de la decisión. Esto no haría de la filosofía algo inútil, porque el entendimiento de una cuestión fundamental exige la comprensión completa de la esencia del objeto con que la cuestión se relaciona. El conocimiento genuino de un elemento esencial, su comprensión completa, es mejor que la ceguera o la indiferencia hacia el objeto como un todo, esté o no esa indiferencia o ceguera acompañada de las respuestas a un gran número de cuestiones periféricas o carentes de importancia [...].

De la filosofía así entendida, la filosofía política es una rama. La filosofía política es un intento de sustituir el nivel de opinión por un nivel de conocimiento de la esencia de lo político. Lo político está sujeto por naturaleza a aprobación y desaprobación, aceptación y repulsa, a alabanza y a crítica. Lleva en su esencia el no ser un objeto neutro; exige de los hombres la obediencia, la lealtad, la decisión o la valoración. No se puede comprender lo político como tal, si no se acepta seriamente la exigencia implícita o explícita de juzgarlo en términos de bondad o maldad, de justicia o de injusticia, si no se le aplican unos módulos, en suma, de bondad y de justicia. Para emitir un juicio razonable, se debe conocer los verdaderos módulos. Si la filosofía política quiere encuadrar acertadamente su objeto, tiene que esforzarse en lograr un conocimiento genuino de estos módulos. La filosofía política consiste en el intento de adquirir conocimientos ciertos sobre la esencia de lo político y sobre el buen orden político o el orden político justo.

Es necesario establecer diferencias entre filosofía política y pensamiento político en general. Actualmente se identifican estos términos con frecuencia; se ha ido tan lejos en la degradación del nombre de la filosofía que hoy se habla de las filosofías de vulgares diletantes. Bajo la denominación de pensamiento político comprendemos el estudio o la exposición de ideas políticas, y por idea política comprendernos cualquier “noción, comentario, imaginación o cualquier cosa sobre la que se puede pensar”, que se relaciones de algún modo con los principios políticos. De aquí que toda filosofía política sea pensamiento político, pero no todo pensamiento político sea filosofía política. El pensamiento político, como tal, es indiferente a la distinción entre opinión y conocimiento; la filosofía política, sin embargo, es un esfuerzo consciente, coherente y continuo por sustituir las opiniones acerca de los principios políticos por conocimientos ciertos. El pensamiento político puede no ser más, o incluso no pretender ser más, que la exposición o la defensa de una convicción firmemente aceptada o de un mito vivificador; sin embargo, es esencial para la filosofía política tener como principio motor la impaciente percepción de la diferencia fundamental entre convicción o creencia y conocimiento.
Un pensador político, no filósofo, defiende o está interesado principalmente en un determinado orden político; el filósofo político sólo está interesado y defiende la verdad. El pensamiento político que no es filosofía política encuentra su expresión adecuada en leyes y códigos, en poemas y relatos, en folletos y discursos públicos para los demás. La forma apropiada para el desarrollo de la filosofía política es el tratado. El pensamiento político es tan viejo como la raza humana; el primer hombre que pronunció una palabra como “padre" o una expresión como “tú no harás..." fue el primer pensador político; la filosofía política, sin embargo, aparece en un momento determinado de la historia.

Por teoría política se comprende hoy el estudio comprensivo de la situación política que sirve de base a la construcción de una política en sentido amplio. Ese estudio está basado, en último término, en principios aceptados por toda la opinión pública o por una buena parte de ella; asume dogmáticamente principios que pudieran ser posiblemente puestos en duda [...].
Finalmente, vamos a tratar de las relaciones entre la filosofía política y la ciencia política. “Ciencia política” es un término ambiguo: designa las investigaciones sobre lo político realizadas bajo modelos tomados de las ciencias naturales y los trabajos realizados por los miembros de las cátedras de ciencia política. Las primeras, o sea, las investigaciones que podríamos denominar ciencia política “científica”, consideran que el suyo es el único camino posible para lograr un conocimiento genuino de lo político.

Del mismo modo que el genuino conocimiento sobre la naturaleza surge cuando se sustituye la vana y estéril especulación por el estudio experimental e inductivo, el conocimiento genuino sobre lo político comenzará el día en que la filosofía política deje paso definitivamente al estudio científico de lo político. Del mismo modo en que las ciencias naturales se bastan a sí mismas y, a lo sumo, proveen inintencionadamente a la filosofía natural con algunos materiales para la especulación, la ciencia política es autosuficiente y, a lo más, suministra con la misma falta de intención algunos materiales especulativos a la filosofía política. Teniendo en cuenta el contraste entre la solidez de la ciencia política y la lastimosa presunción que caracteriza a la filosofía política, es más razonable desechar de una vez las vagas e insustanciales especulaciones de la filosofía política que seguir prestando acatamiento, aunque sólo sea exteriormente, a una tradición totalmente desacreditada y decrépita. Las ciencias, tanto naturales como políticas, son eminentemente afilosóficas. Sólo necesitan filosofía de una determinada clase: metodología o lógica. Pero estas disciplinas filosóficas no tienen nada en común, evidentemente, con la filoso¬fía política. La ciencia política “científica” es, de hecho, incompatible con la filosofía política. (Leo Strauss, ¿Qué es filosofía política?, 1970, Guadarrama, Madrid, pp. 13-17, trad. Amando A. de la Cruz).

 

Antes de la 3ª Parte: ¿Son los Derechos Humanos un tema válido para la filosofía política, a partir del texto de Strauss?  

Una primera vista antes de responder: 


Ahora recordamos la definición que anotaron en sus cuadernos:

Filosofía política: Una actividad en la que se problematiza el sentido común, se define rigurosamente los conceptos, se utiliza críticamente supuestos ontológicos y antropológicos, y se analiza las consecuencias éticas de la acción política, 

Para profundizar y preparar una futura actividad: 

La filosofía de los Derechos Humanos 


Documental sobre los derechos Humanos: 






3ª Parte:
Los Simpson en la política.

Interrogando filosóficamente a Springfeld

Propósito: construir preguntas filosóficas para interrogar fenómenos políticos contingentes.
Ejemplo, se puede plantear el fenómeno migratorio. ¿Qué opiniones han escuchado o leído a propósito del aumento de extranjeros en Chile?
Recordar el texto de Strauss.


La idea no es debatir acerca del problema, sino "identificar las opiniones que hay al respecto, los conceptos filosóficos involucrados, los supuestos sobre los que se erigen tales opiniones y los efectos que esas opiniones tienen o podrían tener en el campo social.
 
Los Simpson “¿Y dónde está el inmigrante?”, a partir de las siguientes preguntas:

Ver en:


https://www.youtube.com/watch?v=Gp_m48_B-RA



• ¿Cuál es el problema político central del capítulo?
• ¿Por qué se trata de un problema político?
• ¿Qué opiniones políticas aparecen representadas sobre ese problema?
• ¿Se expone implícita o explícitamente conceptos filosóficos para sostener esas posiciones?
• ¿Se formula implícita o explícitamente alguna pregunta que te parezca filosófica a lo largo del capítulo?
• A partir de este capítulo, elabora una pregunta filosófica relacionada con fenómeno migratorio tal como se presenta en la actualidad, teniendo presente el decálogo que acordaron sobre lo que no es filosofía política.

Por último, leen voluntariamente algunas de sus preguntas y el resto del curso, junto con el profesor, evalúan si es una pregunta filosófica. Para esto, pueden basarse en el decálogo.

Texto de Apoyo

 Texto 2
José Carlos Mariátegui (1894-1930, Perú)

Filósofo político y periodista peruano dedicado a reflexionar sobre los efectos de la conquista española en la vida social y económica de los pueblos originarios. Analizó con rigurosidad los problemas nacionales de Perú, relacionándolos con los problemas del continente americano y europeo. Según el autor, el problema central es el despojo, el olvido y la marginación secular de los pueblos originarios por parte de los sistemas culturales y económicos impuestos.

La explotación de los indígenas en la América Latina trata también de justificarse con el pretexto de que sirve a la redención cultural y moral de las razas oprimidas.

La colonización de la América Latina por la raza blanca no ha tenido, en tanto, como es fácil probarlo, sino efectos retardatarios y deprimentes en la vida de las razas indígenas. La evolución natural de estas ha sido interrumpida por la opresión envilecedora del blanco y del mestizo. Pueblos como el quechua y el azteca, que habían llegado a un grado avanzado de organización social, retrogradaron, bajo el régimen colonial, a la condición de dispersas tribus agrícolas. Lo que en las comunidades indígenas del Perú subsiste de elementos de civilización es, sobre todo, lo que sobrevive de la antigua organización autóctona. En el agro feudalizado, la civilización blanca no ha significado siempre siquiera industrialización y maquinismo: en el latifundio serrano, con excepción de ciertas estancias ganaderas, el dominio del blanco no representa ni aun tecnológicamente ningún progreso respecto de la cultura aborigen.

Llamamos problema indígena a la explotación feudal de los nativos en la gran propiedad agraria. El indio, en el noventa por ciento de los casos, no es un proletario sino un siervo. El capitalismo, como sistema económico y político, se manifiesta incapaz, en la América Latina, de edificación de una economía emancipada de las taras feudales. El prejuicio de la inferioridad de la raza indígena le consiente una explotación máxima de los trabajos de esta raza, y no está dispuesto a renunciar a esta ventaja de la que tantos provechos obtiene. En la agricultura, el establecimiento del salario, la adopción de la máquina, no borran el carácter feudal de la gran propiedad. Perfeccionan, simplemente, el sistema de explotación de la tierra y de las masas campesinas. Buena parte de nuestros burgueses y «gamonales» sostienen calurosamente la tesis de la inferioridad del indio: el problema indígena es, a su juicio, un problema étnico cuya solución depende del cruzamiento de la raza indígena con razas superiores extranjeras. La subsistencia de una economía de bases feudales se presenta, empero, en inconciliable oposición con un movimiento inmigratorio suficiente para producir esa transformación por el cruzamiento. Los salarios que se pagan en las haciendas de la costa y de la sierra (cuando en estas últimas se adopta el salario) descartan la posibilidad de emplear inmigrantes europeos en la agricultura. Los inmigrantes campesinos no se avendrían jamás a trabajar en las condiciones de los indios; sólo se les podría traer haciéndolos pequeños propietarios. El indio no ha podido ser nunca reemplazado en las faenas agrícolas de las haciendas costeñas sino con el esclavo negro o el coolí chino. Los planes de colonización con inmigrantes europeos tienen, por ahora, como campo exclusivo, la región boscosa del Oriente, conocida con el nombre de Montaña. La tesis de que el problema indígena es un problema étnico no merece siquiera ser discutida; pero conviene anotar hasta qué punto la solución que propone está en desacuerdo con los intereses y las posibilidades de la burguesía y del gamonalismo, en cuyo seno encuentra sus adherentes. (José Carlos Mariátegui, Tesis Ideológicas. El problema de las razas en América Latina, en La tarea americana, Prometeo libros-Clacso, 2010, pp. 68-69).


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

BOCETO DEL MONTAJE - EN BUSCA DE UTOPÍA

Fecha: Jueves 3 de noviembre Lugar: Biblioteca  Hora: 12:00 Duración estimada: 45 minutos  BOCETO DEL MONTAJE - "EN BUSCA DE UTOPÍA...